MESSI TAMBIÉN FALLA PENALTIS









El joven salió de la casa y se dirigió a un club de ambiente cercano. Cuando entró eran las 7 de la mañana. La luna llena estaba empezando a desaparecer. En el pub sólo había 6 o 7 tipos y una mujer jorobada con el pelo gris y corto que andaba con una mano apoyada en suelo. El recién llegado se acercó a la barra y pidió un trago de algo fuerte: Ginebra con whisky y ron y dos gotitas de limón. Mientras se lo servían se puso a mirar las ratas rosas que andaban por el techo. De vez en cuando se comían algún pistacho y trozos de brazo de gitano que estaban por allí pegados. Cuando lo suyo estaba listo se lo bebió de un trago.

-WAUU, ponme otro –dijo después. Se quedó mirando las ratas del techo otra vez.
Cuando llegó su copa le dio un trago. Miró a su izquierda y vio a un apuesto efebo rubio. Era Rodri. Rodri se acababa de separar de su mujer. De todos modos siempre le había gustado un meneíto. Se rumoreaba que había estado con una famosa actriz transexual.
-Quée paxa uapo.
-Psss… aquí –contestó Rodri mirando distante hacia la barra a la vez que jugaba con su jarra medio vacía.
-Te veo triste, ¿que es porque el Barça va a ganar la liga?
-Psss, eso me da igual –respondió el futbolista.
-Bueno, no importa, si quieres yo te la chupo un rato y se te quitan todas las penas.
-Bueno… vamos para fuera, que tengo el coche aquí al lado. O sea… sí.

Salieron, recorrieron unos metros de acera y entraron en el coche. Ya era casi de día. Tan casi que creo que sobra el casi. Era de día, oscuro, pero día al fin y al cabo. En cuanto arrancó el coche y se incorporaron a la circulación, el joven manchado de sangre le desabrochó el pantalón a Rodri y sacó su escuálida churra. Estaba muy chuchurría. Empezó a chupársela hasta que consiguió que tuviera una erección medio decente. 10 cms., y un poco blandorra. El otro seguía conduciendo. 2 minutos después de haber entrado en el coche: Pff Pff. El remilgado jugador -que nunca metía el pie fuerte- descargó media cucharadita de leche condensada en la boca de su nuevo amigo. Los 2 estaban muy borrachos. Rodri vio un callejón a su derecha y entró con el coche. Llegó hasta el final. El otro maricón ya estaba dormido. Él soltó el pie del acelerador y el coche se caló. Sin quitar siquiera la llave ni el contacto, dejó caer su testa sobre el reposacabezas y se quedó frito.

CLON CLAN CLAN –se escuchó en el techo del vehículo.
El centrocampista se despertó.
-¿Esto qué es? –dijo medio dormido.
Miró hacia el techo y vio que estaba abollado y se movía. Abrió la ventana y escuchó:
-IIIHHHH IIHHHH IHHH
-¡Maldito mono, vete de aquí arriba! ¡¡¡¡QUÉ PESADOS ESTOS MALDITOS SIMIOS!!!! ¡¡¡JODER!!!
-IHHH IHHH IHHH –chilló el mono, intimidado, a la vez que huía corriendo. El futbolista se volvió a dormir.

El sol pegaba ya muy fuerte. Estaba altísimo. El coche se había recalentado mucho y ya no se podía estar allí. Rodri despertó. El otro joven seguía durmiendo. Encendió la radio:
«Ha aparecido muerto en su piso del Paseo de Recoletos el jugador del Atlético Aviación Roberto. A sus 31 años y con 3 Copas de Europa y 2 Trofeos Pichichi en su haber, aparte de 6 Ligas Españolas, y aún en activo, Roberto era, todavía hoy, uno de los mejores futbolistas españoles...»
Rodri miró a su derecha, vio al chapero derrengado y, a continuación, su cabeza cayó de nuevo hacia atrás y siguió durmiendo.