ESTA GENTE ESTÁ FATAL DEL COCO

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Mari está tras la barra del videoclub en el que trabaja. Tras haber hecho un FP de administración, éste es el primer trabajo que ha conseguido. No es gran cosa, pero para ir tirando valdrá. En el videoclub, sin tener ni idea de cine, recomienda películas a diario. Una tarde le llega un tipo gordo y joven, acompañado de otro más delgado y rubio, y le dice:

..-Oye, aconséjame alguna película.

..Entonces, ella, como buenamente puede, guiándose por su instinto, muy cortada y leyendo las caratulas, mira con ellos las cintas un rato. Al final se llevan una peli porno gay de unos tíos montándoselo en un pajar.
..Y entre alquileres de “Titanic” y otras mierdas, tiene que asesorar a un tipo que le pide una película de zoofilia. La escena es para verla. Y ya muy fuerte es cuando llega un señor mayor en silla de ruedas. Le dice que quiere alquilar tres películas. Mari le dice que se tiene que hacer socio. El señor se queda en la calle frente a la puerta y le da el carné para coger los datos. Ella los apunta en el ordenador. El hombre, que se deja aconsejar por la chica, elige dos películas. Cuando llega a la tercera, le dice:

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..-Y ahora quiero una verde, tú sabes, una de esas de…
..-Jejé, sí… -dice ella asombrada.

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..Otra vez llega un chico que le pide consejo sobre películas de lesbianas. Ella, cuando va gente a alquilar pornografía, no puede evitar sentir reparos. Cuando le dan el dinero piensa lo que habrán hecho esas manos… Uhgghh.
..Un tiempo después el videoclub va mal y la despiden. Es en esos tiempos cuando entra a trabajar en una inmobiliaria en la que conocerá a muchos estrafalarios personajes. Aparte de jefes y compañeros, entabla relación con algunas personas que van a pedir préstamos allí, ya que también es una financiera y dejan dinero a gente. Un alcohólico gallego que tiene unos 40 años, al que conceden un crédito, es un descaro, les suele invitar a ella y a una amiga suya que trabaja allí a Ron Brugal con coca-cola:
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..-Un lotecito, ¿no, gallego? –le dicen ellas.
..-Venga –les contesta él y compra la bebida, el hielo y los vasos.
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..El hombre sale con una chavala que está un poco majareta. Ella tiene más o menos la misma edad que Mari y su compañera Patri, unos 22 o 23 años. La novia del tipo tiene una amiga que está también bastante majara. Lleva gafas de culo de vaso y los pelos de loca, teñidos de un rubio anaranjado y muy revueltos. Ésta protagonizó una vez una situación de lo más vergonzosa. Durante una fiestecilla que se habían montado en la inmobiliaria una noche, les había contado que esa mañana había ido a abortar. A ellas les extrañó, porque dio detalles un tanto raros. Después, entre copa y copa, empezó a decir que le dolía mucho la barriga y la zona púbica, que debía tener un cólico, que se encontraba muy mal y quería ir al hospital.
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..-Si quieres te acompañamos a urgencias –se ofrecieron Mari y su amiga y fueron con la chica al hospital.
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..Llegaron y le hicieron unas pruebas. Cuando el médico salió le dijo que las molestias se debían a que estaba con el periodo. Patri, que tenía un poquito de guasa, le dijo a la paciente:

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..-Quilla, dile lo que has ido a hacer esta mañana.
..-¿El qué?
..-Lo que has ido a hacer esta mañana.
..-Ah, sí, que he ido a arbortar –le dijo al médico.
..-¿Qué? –le preguntó éste.
..-Que he ido a albortar.
..-¡¡¿TÚ ESTÁS LOCA?!! ¡¡¿TÚ QUÉ TE ESTÁS QUEDANDO CONMIGO O QUÉ?!! –le gritó el doctor, que a tenor de las pruebas realizadas sabía que no podía ser verdad.
..-!Además, mujer, usted vive cerca de aquí, ¿verdad?, porque en los últimos diez días ha venido CINCO veces ya! La próxima vez que venga, que sea para algo importante, !por favor!
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..Mari y su amiga se morían de vergüenza. «Tierra, trágame», pensaban. Aunque tampoco es tan raro que una joven se invente una historia inverosímil sobre un aborto. Una amiga mía dijo una vez que había perdido al niño que esperaba vomitándolo por la mañana en el váter.
..Pero esta chica también les hace flipar con otros asuntos. Según ella les cuenta, cuando quiere acostarse con un tío, le dice a su madre: «Mamá, vete, que voy a follar». También les cuenta que la manda a pillar porros.
..Pasan unos meses y la inmobiliaria no va bien. No le pueden pagar y la echan. Pero Mari sigue yendo por allí a tomarse algún café por las mañanas y, a veces, cuando cierra, por las noches, unas copas. Todavía mantiene una buena relación con sus antiguos compañeros y su jefe. Éste, que era, según palabras de ella, «boquete que veo, boquete que tapo», le estuvo tirando los tejos una época. Quería invitarla a cenar para beneficiársela después.
..Os preguntareis cómo conozco todas estas historias. Sé todo esto porque un día, en mi coche, mientras descansábamos entre polvo y polvo en un carril de tierra, la misma Mari me lo contó.