EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 5 3/3)
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..-¿Qué ha pasado? –pregunté a un vecino joven al ver tanta agitación.
..-Que ha aparecido muerta la vecina del 3º.
..-Joder, ¿y eso?, era una bruja pero tampoco se merecía que la mataran.
..-Bueno, o sí, no sé, pero eso es lo de menos.
..-¿Y se han llevado ya el cuerpo?
..-No, están arriba el forense y unos investigadores.
..-¿Qué ha pasado? –pregunté a un vecino joven al ver tanta agitación.
..-Que ha aparecido muerta la vecina del 3º.
..-Joder, ¿y eso?, era una bruja pero tampoco se merecía que la mataran.
..-Bueno, o sí, no sé, pero eso es lo de menos.
..-¿Y se han llevado ya el cuerpo?
..-No, están arriba el forense y unos investigadores.
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..Mientras nosotros estábamos en esas bajaron una señora rubia y un hombre de mediana edad bien trajeado y con bigote.
..Mientras nosotros estábamos en esas bajaron una señora rubia y un hombre de mediana edad bien trajeado y con bigote.
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..-Esos son los investigadores –me dijo el joven en voz baja.
..-No sé, Sra. Fletcher –comentaba el tipo con bigote–, aunque hayamos encontrado el arma del crimen no nos será de mucha ayuda, debe haber miles de navajas así.
..-Pero esta es de Albacete –contestó la detective señalando el escudo con tres torres y un murciélago que había en ella.
..-Lo único que ahora mismo yo tengo claro por la navaja es que la mató alguien con manos.
..-Elemental, querido Watson. AAhh, mira lo que tiene aquí pegado, es una especie de resina.
..-A ver. Sí, es algo parecido.
..-¿Qué será? –dijo la Sra. Fletcher y se la metió en la boca y la chupó.
..-¿A qué sabe? –le preguntó su ayudante.
..-Yo creo que es MDMA.
..-Bueno, en unos minutos lo sabremos.
..-Jejé, sí, cuando me dé el subidón.
..-Lo que sigo sin saber es en que nos puede ayudar esto, Sra. Fletcher.
..-Yo tampoco, pero hay que seguir indagando.
..-Sí, aunque también hay que investigar al ex marido, los vecinos… Ya que según se comenta era una mujer amargada que se dedicaba a hacerle la vida imposible a la gente y tenía muchos enemigos.
..-Sí, querido Watson, pero también sabemos que normalmente en un crimen de estas características el culpable casi nunca suele ser el que parece.
..-Ya, pero habrá que interrogar a los principales sospechosos, ¿no?
..-Sí, claro. A lo largo de estos días lo haremos –dijo la mujer a la vez que iban saliendo del edificio y los perdía de vista.
..-Esos son los investigadores –me dijo el joven en voz baja.
..-No sé, Sra. Fletcher –comentaba el tipo con bigote–, aunque hayamos encontrado el arma del crimen no nos será de mucha ayuda, debe haber miles de navajas así.
..-Pero esta es de Albacete –contestó la detective señalando el escudo con tres torres y un murciélago que había en ella.
..-Lo único que ahora mismo yo tengo claro por la navaja es que la mató alguien con manos.
..-Elemental, querido Watson. AAhh, mira lo que tiene aquí pegado, es una especie de resina.
..-A ver. Sí, es algo parecido.
..-¿Qué será? –dijo la Sra. Fletcher y se la metió en la boca y la chupó.
..-¿A qué sabe? –le preguntó su ayudante.
..-Yo creo que es MDMA.
..-Bueno, en unos minutos lo sabremos.
..-Jejé, sí, cuando me dé el subidón.
..-Lo que sigo sin saber es en que nos puede ayudar esto, Sra. Fletcher.
..-Yo tampoco, pero hay que seguir indagando.
..-Sí, aunque también hay que investigar al ex marido, los vecinos… Ya que según se comenta era una mujer amargada que se dedicaba a hacerle la vida imposible a la gente y tenía muchos enemigos.
..-Sí, querido Watson, pero también sabemos que normalmente en un crimen de estas características el culpable casi nunca suele ser el que parece.
..-Ya, pero habrá que interrogar a los principales sospechosos, ¿no?
..-Sí, claro. A lo largo de estos días lo haremos –dijo la mujer a la vez que iban saliendo del edificio y los perdía de vista.
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..El joven que estaba a mi lado y yo nos miramos con los ojos muy abiertos, las cejas levantadas y la boca abierta, la barbilla pegada al pecho y los hombros encogidos.
..El joven que estaba a mi lado y yo nos miramos con los ojos muy abiertos, las cejas levantadas y la boca abierta, la barbilla pegada al pecho y los hombros encogidos.
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..-Yo me voy para arriba ya –le solté y me fui.
..-Adiós, viejo.
..-Hasta luego, culebra.
..-Yo me voy para arriba ya –le solté y me fui.
..-Adiós, viejo.
..-Hasta luego, culebra.
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..Subí a mi piso y a pesar de la fiebre me puse a escribir.
..Subí a mi piso y a pesar de la fiebre me puse a escribir.
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..Ya poco quedaba de aquel chico bromista que cuando entró en el instituto era todo vitalidad y que se ganó su apodo con una graciosa historia. Manolete, como le llamaron desde ese día, puso un cartel con ese nombre en una clase en la que un recién llegado profesor de Geografía e Historia les pidió que lo pusieran para saber cómo se llamaban o cómo les gustaba que lo hicieran. El caso es que desde ese momento, y tras las risas iniciales, Manolete se le quedó. Ahora estaba sumido en una pequeña depresión resultante del crecimiento de los traumas que llevaba arrastrando desde su última etapa en el instituto. Y los acontecimientos de los últimos tiempos no habían favorecido: imposibilidad o incapacidad para encontrar trabajo, perdidas de seres queridos, consumo de alcohol y drogas, fracasos sentimentales… La vida que llevaba tampoco ayudaba, era una ruleta rusa, un día quieto y el otro frenético, abstención y compulsión, incomprensión en lo que de verdad le importaba y gustaba y aceptación y un hueco para él en lo que no le convenía. Aunque en la facultad no le iba mal y tenía muchos amigos y compañeros con los que alternaba y se llevaba genial. Pero cuando parecía que el barco se hundía e iba totalmente a la deriva llegó, como el rayo, una esperanza a la que aferrarse, su tabla de salvación, su oportunidad de salir de todo el mundo de violencia, inconsciencia, corrupción, chantajes, mentiras, extorsiones. Una noche conoció a una chica en el bulevar…
..Ya poco quedaba de aquel chico bromista que cuando entró en el instituto era todo vitalidad y que se ganó su apodo con una graciosa historia. Manolete, como le llamaron desde ese día, puso un cartel con ese nombre en una clase en la que un recién llegado profesor de Geografía e Historia les pidió que lo pusieran para saber cómo se llamaban o cómo les gustaba que lo hicieran. El caso es que desde ese momento, y tras las risas iniciales, Manolete se le quedó. Ahora estaba sumido en una pequeña depresión resultante del crecimiento de los traumas que llevaba arrastrando desde su última etapa en el instituto. Y los acontecimientos de los últimos tiempos no habían favorecido: imposibilidad o incapacidad para encontrar trabajo, perdidas de seres queridos, consumo de alcohol y drogas, fracasos sentimentales… La vida que llevaba tampoco ayudaba, era una ruleta rusa, un día quieto y el otro frenético, abstención y compulsión, incomprensión en lo que de verdad le importaba y gustaba y aceptación y un hueco para él en lo que no le convenía. Aunque en la facultad no le iba mal y tenía muchos amigos y compañeros con los que alternaba y se llevaba genial. Pero cuando parecía que el barco se hundía e iba totalmente a la deriva llegó, como el rayo, una esperanza a la que aferrarse, su tabla de salvación, su oportunidad de salir de todo el mundo de violencia, inconsciencia, corrupción, chantajes, mentiras, extorsiones. Una noche conoció a una chica en el bulevar…
Etiquetas: Absurdrealismo, alcohol, bohemia, Bukowski, Existencialismo, Generación de la Primera Crisis Siglo XXI, literatura, Nueva narrativa gaditana, Relato
2 comentarios:
Espero que esto tuyo vaya en serio y pueda comprarte un libro bien pronto..
A ver, a ver si termino esto pronto y/o me publican alguna otra cosilla. Un saludo, Laura.
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