EL ÚLTIMO SHOW
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En un estudio de televisión se rueda un programa. El suelo es de moqueta. En el plató hay una mesa negra con forma de media luna, es de madera. Detrás tiene un sillón negro forrado de cuero. En él está sentado un presentador de unos cincuenta y tantos años con pelo cano. Rodeando la mesa hay numerosos monitores de televisión en los que se ven diversos planos del estudio. Enfrente a la derecha hay más sillones negros. El del presentador es ajustable, éstos no. Uno de ellos está algo más cerca de la mesa del presentador, a unos 3 o 4 metros. En él está sentado un hombre que aparenta tener unos treinta y tantos años. Es castaño y tiene el pelo algo ondulado, le cae un mechón sobre la frente. Tiene barba de tres días. En su mano sostiene una figura dorada que representa a un estilizado varón sin cabello. El tipo luce un traje de chaqueta, zapatos marrones y camisa blanca. También tiene junto a él un estuche negro de piel.
En un estudio de televisión se rueda un programa. El suelo es de moqueta. En el plató hay una mesa negra con forma de media luna, es de madera. Detrás tiene un sillón negro forrado de cuero. En él está sentado un presentador de unos cincuenta y tantos años con pelo cano. Rodeando la mesa hay numerosos monitores de televisión en los que se ven diversos planos del estudio. Enfrente a la derecha hay más sillones negros. El del presentador es ajustable, éstos no. Uno de ellos está algo más cerca de la mesa del presentador, a unos 3 o 4 metros. En él está sentado un hombre que aparenta tener unos treinta y tantos años. Es castaño y tiene el pelo algo ondulado, le cae un mechón sobre la frente. Tiene barba de tres días. En su mano sostiene una figura dorada que representa a un estilizado varón sin cabello. El tipo luce un traje de chaqueta, zapatos marrones y camisa blanca. También tiene junto a él un estuche negro de piel.
El ambiente en el plató de T.V. es distendido. Los cámaras, regidores y público charlan y ríen despreocupados. Sólo el presentador y el invitado parecen algo más concentrados. Preparados para empezar, esperando el momento.
El público está colocado frente al presentador, a unos 10 o 12 metros. Las filas de asientos empiezan unos 50 ctms. por debajo de la plataforma donde están los protagonistas del programa y acaba cerca de unos 2 metros más arriba.
Se encienden los focos, las maquilladoras dan los últimos polvos en la cara del presentador, los cámaras se preparan, el regidor da las últimas instrucciones, la gente se coloca. Todos se callan.
A continuación se oye una voz en off que dice:
-Les presentamos un incomparable programa llamado “El Último Show -mientras, en la pantalla, salen unas letras amarillas que ponen lo mismo.
Se ve un primer plano del presentador y éste dice:
-Hola, amigos, comienza este espectáculo en el que Russell Crowe nos ofrecerá la que dice es su última actuación.
Por unos instantes, la cámara enfoca al famoso actor. Después vuelve un plano del presentador, que dice:
-Bueno, Russel, ¿Qué nos tienes preparado?
-Pues os tengo preparada mi última actuación -respondió éste con gesto serio.
-¿Y de qué se trata, vaquero? -le preguntó el presentador engolando la voz.
-Ahora lo verás, Jerry -dijo Russell.
Después cogió el estuche negro de piel que tenía junto a él y sacó un bisturí. Mirando a lo lejos en uno de los monitores para calibrar mejor, se rajó el ojo por el centro de arriba abajo. Algo de sangre empezó a brotar.
-Oh, Russell, sabíamos que nos ibas a sorprender -dijo el presentador mientras se mostraba un primer plano suyo.
A continuación se mostró un plano en el que se veía a los dos protagonistas del programa. El presentador dijo:
-Esto ha sido todo. Tras este programa que tanto dará que hablar os dejamos. Hasta siempre.
El zoom fue alejando la imagen y en la escena se empezó a ver también al público, que aplaudía. Sonó una musiquita y el programa terminó.
Etiquetas: bohemia, Bukowsky, cine, cortometraje, crónicas marcianas, late night show, Relato
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