EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 6 2/3)

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..-Hola, tú estás en mi facultad, ¿no? –le preguntó ella.
..-No sé, ¿en qué facultad estás tú? –le contestó él.
..-En la de filosofía y letras.
..-Ah, entonces sí.

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..Esa noche empezó una relación que poco a poco fue ganando en intensidad y “compromiso” y que aportaron a Manolete muchas de las cosas que siempre le habían faltado en la vida, y no sólo la irreprimible pasión física que brota como la lava de un volcán de los cuerpos de un hombre y una mujer. Él se pudo entregar con toda su alma, contándole su visión sobre el arte y sus concepciones, que ella valoraba y parecía escuchar con delectación.
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..-Qué de cosas, sabes –le decía mirándolo embobada.

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..Además empezó a escuchar algunos de los grupos a los que él veneraba y se convirtieron para ella en algo incluso más importante que para su chico. Cuando llegó la época en la que él ya no tenía el menor interés por la música que esos artistas hacían, ella los seguía fervientemente y compraba todos sus nuevos discos aunque ciertamente apestaran. Puede que fuera por los recuerdos mágicos de las noches en que se conocieron y su hombre le hacía alabanzas de esos rockeros. Sin duda fueron unos tiempos mágicos e inolvidables. Aunque a veces las cosas no estaban tan claras y, como no habían dejado de salir cada uno con sus amigos por las noches, hubo sus más y sus menos. Pero pronto todo volvía a su cauce y el amor entre ellos dos volvía fuerte como una enredadera que además de al suelo se hubiera agarrado con firmeza a las paredes. Aprovechaban cualquier viaje de los padres para quedarse juntos toda la noche. Eso si era la casa de ella la que estaba sola, porque si era la de él ella huía por la mañana para que su familia se quedara tranquila.

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..-¿Qué vas a hacer esta noche?
..-Pues, he quedado con Nachete y con El Perra y esta gente. ¿Tú no vas a salir? –le contestó él a través del teléfono.
..-No, qué va, no tengo ganas, estoy cansada. Y voy a estudiar un poco. Pero si quieres después puedes venirte a mi casa, que estoy sola.
..-Vale, después te llamaré desde un sitio que se escuche el mar.
..-Ah, qué romántico estás, qué poético.
..-Jejé, sí.

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..Esa noche, tras beber unos vasos de ron con sus amigos en la plazoleta junto a la playa donde se reunía la juventud de la ciudad para divertirse, abandonó la muchedumbre y, en vez de ir a las discotecas y los pubs o seguir bebiendo en la arena, se acercó a una cabina del paseo marítimo y la llamó con el sonido de las olas de fondo.

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..-Quilla, qué estoy aquí al lado del balneario, ¿voy para allá o qué?
..-Sí, claro, vente para acá.
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..Él recorrió andando junto al mar los dos o tres kilómetros que lo separaban de la casa de ella en el casco antiguo de la ciudad, en un barrio antiguo de arte y buen cante. Llegó, se besaron y pronto hicieron el amor con locura, devorándose y recorriéndose hasta el último rincón de sus jóvenes cuerpos. Cuando terminaron, Manolete se fumó un cigarrillo y fue a buscar algo a la alacena tras que ella le dijera que fuera. Comieron chocolate y un par de yogures y después se quedaron dormidos.
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..-Bueno, me voy a tomar un tentempié mientras descanso la cabeza y ahora sigo –me dije en voz alta y fui a la cocina a por unos berberechos y me senté frente a la tele. La verdad es que en esa habitación tenía todo lo necesario, mi ordenador, mi sofá, la ventana a la calle, el mueble bar…

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..En la televisión daban las noticias.

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..-Menudos politicuchos, por cuatro trajes y cuatro duros más la que lían, con lo que ganan y encima quieren más. Y los de arriba tampoco los echan porque de alguien se tendrán que rodear. Así nos va.

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..Zapping.

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..-Hay que ver la Belén Esteban ésta, nunca me ha caído mal, es más, hasta me hacía algo de gracia, pero ahora entre que se autoparodia y exagera la ordinariez y que se cree Madonna...

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..Tras varios minutos de soliloquio regresé al teclado, «un personaje más y me voy a la cama», pensé.