EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 9 1/3)

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Menos mal que había puesto el despertador. No recordaba cómo había vuelto a casa. Estaba jodido. Tenía resaca, era como si un cuchillo de vidrio me atravesara de forma ligeramente oblicua de una sien a otra. Cuando desperté fui al baño y escupí sangre. Además tenía unas manchas por los hombros y el cuello. Era una especie de sarpullido, estaba fatal, pero no había tiempo para arrepentimientos, me vestí, me duché para espabilarme y me fui hacia el médico. Me daba igual morir, pero quería pasar mis últimos días sin sufrir demasiado. Aunque la vida es al fin y al cabo sufrir.
..Llegué a la parada de autobús y me puse a leer el periódico que acababa de comprar en el quiosco. En una de las páginas encontré una noticia que ponía:

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DETENIDO POR ASESINATO UN JOVEN POLACO ESTUDIANTE DE INTERCAMBIO. Confesó todo tras el interrogatorio.
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Ayer a las 19:30 en la comisaria nacional de policía, tras ser llevado allí por encontrarse alterando el orden público y en posesión de drogas sintéticas, un estudiante confesó haber asesinado a una mujer que había aparecido muerta en su piso dos semanas antes. A pesar de no haber ningún sospechoso, después de averiguaciones que centraron la investigación en consumidores de drogas del entorno bacalaero y de los estudiantes extranjeros de la ciudad, se empezó a interrogar al respecto a todo el que encajaba con el perfil. El joven en cuestión, de nacionalidad polaca y pelo color zanahoria, se derrumbó y confesó su fechoría después de que la policía le engañara diciendo que tenía pruebas del delito, algo que ya habían hecho anteriormente con otros detenidos.

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..«Vaya tela, Manuela», pensé cuando leí la noticia. Sin duda alguna El Doctor Watson y la Señora Fletcher eran unos hachas. O unas motosierras.
..Sentada a mi lado en la parada había una enfermera con un traje blanco y un tipo enchaquetado con un maletín en la mano. De repente, y sin saber por qué, empecé a contarle a la mujer que estaba junto a mí toda mi vida.

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..-Pues ahora voy al médico a ver cómo estoy, ¿sabe? –le dije y ella me miró con indiferencia.
..-No creo que me quede mucho tiempo de vida, aunque por lo menos voy a intentar terminar la novela y el diario que estoy escribiendo. Ya he publicado más de 20 libros, pero creo que en éste tengo algo que contar, algo nuevo que decir, me refiero –seguí.
..-Jajajá –rió el hombre del maletín. Tenía el pelo negro y entradas. Usaba gafas y llevaba una corbata granate a rayas. Se rascaba el culo–. Sí, usted ha publicado 20 libros y en vez de vendedor de seguros soy Rockefeller. ¡Con las pintas de tirao que tiene!
..-Yo le creo –dijo una mujer mayor que acababa de llegar–, parece usted una persona muy culta.

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..En ese momento apareció el autobús y me monté.
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..-¡¡Aaaaaahh!! –le chillé al hombre del maletín al irme.

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..El trayecto fue muy molesto. Había mucha gente e íbamos muy apretujados. Lo único positivo que saqué fueron algunos rozones con mujeres de buen ver.

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..-Oiga, señor, ¿se quiere sentar aquí? –me dijo un joven levantándose y ofreciéndome el sitio.

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..«¡JODER, NO, YO NO SOY UN JODIDO MALDITO VIEJO ACABADO! ¡O SÍ, PERO AÚN TENGO MI ORGULLO!», dije para mis adentros y le contesté:

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..-No, gracias. –Aunque la siguiente vez que me lo ofreció me senté sin más, tenía orgullo pero también las piernas muy cansadas.

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..En media hora estaba en el centro de salud esperando mi turno en la sala de espera. Estaban también al menos otras diez personas. Eran las 11 y cuarto y el sol ya brillaba en el cielo, era mayo y el verano y los días cálidos ya estaban empezando a llegar.

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..-¿A qué hora tiene usted cita? –me preguntó una mujer de mediana edad. Tenía el pelo corto y era poco atractiva, aunque su expresión era radiante.
..-A las 11 y media –le contesté.
..-Uhh, como casi todos, aunque todavía hay dos que la tenían a las 11 y 11 y cuarto.
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..Pronto eran las 12 y todavía teníamos que entrar varios de los que estábamos citados a las 11 y media, así son la organización y la sociedad de nuestro país.

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..-Yo no sé por qué nos citan a todos a las 11 y media si no nos va a poder atender a todos –me dijo la misma señora que me había preguntado al principio.
..-Será para no comerse el coco en organizar el horario, pone a todo el mundo a la misma hora y vamos pasando y ya está. Además, así si falta alguno o llega un poco tarde hay otros pacientes y no se retrasa ni pierde el tiempo.
..-Sí, tiene sentido, pero hay que pensar un poco más en la gente.
..-Ya.