EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 9 3/3)

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..-Bueno… me tengo que ir –cortó todo levantándose y poniéndose bien la blusa por dentro de la falda y cogiendo sus cosas.
..-¿Por qué? Quédate un poco más –le pedí yo que quería tener cerca su cuerpo, sentir sus manos, su voz.
..-Que me tengo que ir, Señor Juan Luis, la semana que viene nos vemos –era viernes y ella el fin de semana no trabajaba.
..-Hmm, ahora hasta el lunes solito sin ti. ¿No te apetecería que nos tomáramos algo el sábado?
..-Uh, qué va, estoy muy liada, y además a usted no le conviene beber.
..-Pues me tomo una coca-cola.
..-Uh, no creo tampoco que el gas y la cafeína le sienten nada bien.
..-Pues me tomo un zumo.

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..Cuando dije esto Vicky ya atravesaba la puerta con las bolsas de basura y el bolso colgado.

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..-¡Joder, Joder!, ¡ya la he asustado y se me ha ido corriendo! –exclamé. Quería a toda costa poseerla, pero estaba visto que si la quería conquistar iba a tener que estar espabilado. Aunque ya digo que no pensaba que tuviera ninguna opción. Sí una esperanza.
Como estaba dándole demasiadas vueltas a la cabeza decidí ponerme con la novela un poco antes de comer.

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..Aunque un par de veces había llegado lejos en las oposiciones, superando las pruebas físicas y teóricas, tanto él como sus amigos empezaban a desconfiar de que algún día lograra acceder al cuerpo. Siempre le echaban para atrás en el psicólogo a pesar de que había preparado la prueba a conciencia.

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..-Quillo, El Napia habrá cateado el examen, ¿no? –le dijo El Perra a Manolete tras las segundas oposiciones a las que se había presentado.
..-Seguro, cuando no ha dado señales de vida y normalmente nos lo cuenta todo sobre estas cosas. Esperemos que no le afecte demasiado negativamente a su mente. Jejé.
..-Jajá.

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..Casi todos le llamaban El Napia porque circulaba una historia de que la primera vez que intimó con una mujer llegó contando que le había introducido la nariz en su cueva mientras le hacía un cunnilingus.
..Ahora se encontraba inmerso en el proceso de selección de agente aduanero, ya sólo le faltaba el test psicotécnico. Sus allegados no confiaban demasiado en que lo consiguiera, mas deseaban que por fin la constancia y el esfuerzo tuvieran su recompensa. Él no era un chaval excesivamente puro de corazón, e incluso era rencoroso y envidioso, pero a los que le trataban bien se lo devolvía con creces y nunca les fallaba. Era un tipo muy raro.

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..-Grggrrghghgh –me rugieron las tripas.
..-Voy a comer algo –les contesté.

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..Fui a la cocina y me serví un plato de la olla que Vicky me había dejado. Tal y como me metí en la boca la primera cucharada me dio una arcada y fui corriendo rápidamente al baño para vomitar el puré. Cogí la olla y lo tiré a la basura. Aunque mi cuerpo lo expulsaba, al día siguiente cuando me preguntara le diría que estaba buenísimo. Quizás no era culpa de los platos de Vicky si no de que tenía el estómago destrozado, pero tenía mucha hambre y necesitaba comer algo; abrí una lata de calamares en su tinta y me los zampé. En cuanto terminé me fui a la cama a dormir. Quería lavarme los dientes, pero estaba tan reventado que ni siquiera pude hacerlo y me quedé dormido rápidamente. Despertaba continuamente y me dolía mucho la cabeza. Eran ya las 9 de la noche y todavía no tenía ganas de levantarme, quería seguir en la cama. Continué un rato más y cuando me di cuenta eran las tres de la mañana. Me desperté tosiendo sin parar, me puse las zapatillas, me enjuagué un poco la boca en el lavabo y fui frente al ordenador.

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..Richi siempre había sido un golfete, desde niño había sido muy gamberro y atrevido, pero era también leal y respetuoso y se le daba bien estudiar y el deporte. En el colegio y en la familia todos le querían. Ahora que ya era un joven responsable y fresco, su situación era muy buena, parecía seguir un buen camino, una ruta marcada para alguien dispuesto a triunfar. Estaba muy motivado con sus estudios y antes de acabarlos varias empresas ya se lo rifaban. Se lo tomaba muy en serio y ya salía poco con sus amigos.

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..-También te tienes que divertir, tío –le decían ellos.
..-Hombre, tampoco es malo que salgas para despejarte un rato de vez en cuando –le decía su madre.

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..Richi era de buena familia, sus padres eran funcionarios y además poseían algunos terrenos e inversiones en sociedades que les hacían vivir de una forma desahogada. Él, que en breve iba a empezar a trabajar en un buen puesto en una importante empresa de telecomunicaciones, comenzó a disfrutar las noches de los fines de semana sin reparar en gasto económico, físico y mental. Empezó a emborracharse por regla general cuando salía y consumía drogas como anfetaminas, éxtasis, Ketamina, cocaína... Pasaba toda la noche y parte o todo el día siguiente en la calle, lo que tenía preocupados a sus padres. Cuando llegaba de una de sus “fiestas” estaba tremendamente maltrecho a nivel físico y psíquico y le costaba un par de días empezar a razonar con rapidez y claridad.

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..Estaba cansado, no hacía prácticamente nada pero ya no podía más, siempre estaba cansado, quizás fuera la energía que me estaba costando subir cada noche a la montaña para intentar escribir la gran novela andaluza. Por el ventanal del salón veía a lo lejos las luces de la capital y las altas torres junto a los campos que presidían la ciudad y los motores de los coches emitían los rugidos que eran para los niños que allí vivían las nanas y el sonido de los grillos que había escuchado en el campo en mi niñez.