EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 11 3/4)

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..DESPUÉS DE TODA LA TARDE y parte de la noche durmiendo me levanté. Estaba muy mojado pero me encontraba bastante mejor, habría sudado toda la ruina expulsándola del cuerpo. Aún me sentía mal pero no quería quedarme ni un día más sin escribir algo de la novela y me senté frente al ordenador. Era ya medianoche.

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..Un incendio en su casa a causa de una fuga en el calentador del gas interrumpió su rutina diaria. La vivienda familiar fue consumida por las llamas y cada uno tuvo que ir a dormir a un sitio distinto. Su madre y hermanas pequeñas se fueron a vivir con los padres de la nueva pareja de ella y él y el hermano que aún no se había independizado tuvieron que alojarse en casa de amigos del barrio. Entre eso y que tuvo unos gastos imprevistos ese año, el dinero de la beca se le gastó bastante rápido y trabajó los fines de semanas y algunos días más en un bar. Por eso cuando llegó Junio aprobó sólo dos asignaturas y debía sacar en septiembre al menos 6 más para recibir de nuevo la beca el siguiente curso. Sin esos ingresos apenas tendría recursos para poder seguir con la carrera. Ismael se lamentaba de su mala suerte, había sacado un 4 o casi en 3 asignaturas… si esas las hubiera aprobado el objetivo, que ahora le parecía casi imposible, sería algo asequible. También le influyó negativamente en el ánimo que apareciera ahorcado en la habitación de su residencia, José Manuel, un chico de Ubrique al que había llevado incluso con sus amigos y había compartido con él muchas mañanas y algunas noches. Era un inadaptado, siempre le había comentado que este mundo no era para él, que no se sentía comprendido. De todos modos él iba a luchar hasta el último segundo y si había que morir lo haría con las botas puestas.
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..Paré con el personaje de Ismael y retomé el de Luci. Quería acabarlo ya. Seguía pachuchillo pero se me había pasado parte del malestar, ya no me sentía como si me viniera la muerte, jejé.

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..Aunque aún no vivían juntos ya hacían vida de pareja y la mayoría de las veces si no dormían los dos en el piso de uno dormían en el del otro. No mucho después incluso habían quedado con algunos de sus hermanos y hermanas para conocerse y se cayeron muy bien. Pero, a pesar de todo, ella ya creía que nunca iba a poder formar una familia.
..Cuando llevaban un par de años en esa situación parientes de pueblos cercanos a donde ellos trabajaban empezaron a murmurar y hasta su madre llegaron rumores de que estaba con un divorciado. Pero entonces, cuando la noticia amenazaba con llegar a oídos de su padre, éste fue ingresado en un hospital con la aorta reventada. Pocas horas después murió. A todos, incluida ella, les entristeció mucho el fallecimiento, él era una buena persona y todos le querían, pero ya era viejo y había vivido su vida, tampoco era una tragedia, además, no hay mal que por bien no venga. Con él en el mundo de los vivos, Luci, que a pesar de ser una mujer independiente no se podía despegar del todo los prejuicios de su familia, tenía imposible formalizar su relación con Adolfo. Mientras su padre, que era ultracatólico conservador chapado a la antigua como se llevaba en el franquismo, viviera, estaban condenados a la clandestinidad ; muerto el perro acabó la rabia. Poco después del fallecimiento se fueron a vivir juntos y planearon su boda. Se casaron y pronto, a pesar de que ya no eran unos jovenzuelos y superaban los 40 y él ya tenía un hijo de su anterior matrimonio, tuvieron dos preciosos críos de ojos claros y cabezas rizadas.
..Un día, en su ciudad natal, a la que habían vuelto de vacaciones, se encontró con Conchita Villegas.

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..-Jejejejé, jajajajá, ¿qué te pasa?, ¿cómo estás? –le preguntó su antigua compañera cuando la vio.
..-Bien, he tardado pero al fin me he casado y he tenido un par de hijos –le contestó ella. Mientras, los niños corrían.
..-Jejejejé, jajajajá, qué suerte, es raro, con cómo has sido siempre, jajajajajá.
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..No le extrañó esta reacción, Conchita siempre había sido puntillosa y criticona, pero la forma en que lo hacía, esas risas nerviosas, las ojeras y la mirada extraviada no eran normales.

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..-¿Y tú qué? –le dijo.

..-Jejejejé, jajajajá, pues no he estado muy bien últimamente, desde que me dejó mi marido he tenido algunos problemas. Sabes, creo que estoy desquiciada, esto no lo voy a poder superar –soltó la pobre mujer y empezó a llorar. Pese a todo, y lo mal que la había tratado siempre, a ella le dio pena.

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..El tiempo pasó y Luci se terminó mudando con su marido y sus hijos a una bonita casa en la ladera de una montaña. Aunque estaba en un sitio extremadamente tranquilo, el viaje en coche a su trabajo y al colegio de los niños no era demasiado largo. A ella le encantaba su nueva vida y, en adelante, logró llevar una existencia plena como mujer y como persona tanto en el ámbito privado como en el profesional hasta el fin de sus días. Al final el destino le tenía reservado un lugar en el paraíso.

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..Por ese día ya lo iba a dejar. No estaba tan chungo como cuando me acosté al mediodía pero aún me encontraba bastante mal, tenía mucha fatiga. Tuve que levantarme e ir al baño. Metí la cabeza en la taza y vomité, miré dentro y había sangre. Después me senté y cagué y lo mismo, había sangre. Por último escupí una flema sanguinolenta y me soné la nariz con papel higiénico y lo mismo: sangre. Pero cuando terminó esta sangría me sentía mucho mejor, no es que estuviera genial, aunque no me notaba tan bien desde hacía meses. Esperaba que no fuera la última energía que te llega antes de morir.
..Volví al salón y a pesar de la mejoría tenía una persistente tos seca que no paraba y que me irritaba la garganta.
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..-Puff, cómo estoy, no paro de toser, voy a beberme un coñac para curarme esto –dije carraspeando.