EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 10 2/2)

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..Fui al baño a vaciar la vejiga y continué escribiendo.

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..Su vida no había sido fácil desde que su padre, un trabajador de RENFE, había fallecido cuando él tenía tan sólo ocho años. Antes la familia nunca había tenido problemas económicos, algo que sí pasaría desde ese momento. Estrecheces abundantes siguieron; ropa vieja, comida donada por la cruz roja, falta de dinero para cualquier tipo de ocio e, incluso, para educación, aunque eso no sería obstáculo para él. Las mañanas de los fines de semana y algunas en que faltaba a la escuela, se levantaba muy pronto e iba a coger muergos y otros moluscos (coquinas, almejas, lapas, cañaíllas…) a una zona de rocas que había a las afueras de la ciudad. Después vendía algunas para carnada en la puerta de un club náutico que no estaba muy lejos de su casa y en los alrededores de un espigón al que iban muchos pescadores. Algunas también las vendía para el consumo humano o se las comían él y los suyos. En los primeros años de Bachillerato, debido a la situación que se vivía en su casa, con familia numerosa y varios niños pequeños, no le fue demasiado bien y repitió algún curso, pero, al final, mientras en los veranos trabajaba en bares y obras, logró superar el instituto y la selectividad con una nota meritoria. Gracias a ello entró en la universidad en una buena carrera, estudiaría medicina en la facultad de su ciudad, una de las más prestigiosas del país. El primer año, contra pronóstico de algunos de los detractores clasistas que siempre había tenido, le fue muy bien y le concedieron una beca lo suficientemente cuantiosa como para no tener que trabajar, costearse los estudios y ayudar algo a su familia.
..Cuando todo parecía ir viento en popa y estar consiguiendo la recompensa que merecía por su esfuerzo y lucha, la cosa se torció.

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..Dejé el teclado, no me podía concentrar, Vicky me había entrado en la cabeza y no me la podía sacar de ahí, lo único en que pensaba era en ella, en pedirle matrimonio, en pedirle rollo, en besarla, en meterme en su cueva. Pero no sabía lo que hacer, como abordarlo, no valdría para nada, ya me estaba asustando lo que estaba empezando a sentir. De todos modos tenía que llevarlo a cabo, tenía que intentarlo, tenía que reflexionar, debía elaborar un plan. Sentimientos. Reflexión. Eso era lo que había.
..Ya estaba muy cansado, siempre cansado, toda mi vida lo había estado, y ya me iba a acostar. Había pasado otro día sin ver a Vicky, esos días son un día más malgastado que siento. Por eso mismo, por no verla, los fines de semana me parecían peores que el resto de la semana, ¡igualito que cuando era joven!
..Y desde mi cama, con los pies en alto contra la pared, miré esa ciudad en la que no había nacido pero que me lo había dado todo, me había perdido en sus noches, me había dejado en ella la salud, había disfrutado como un joven quinqui alocado, había visto el amor y el arte, sus habitantes habían sido para mí unos desconocidos sin cuya indiferencia no podía pasar… y ahora sólo deseaba morir tranquilo en ella. Con ella.