EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 11 2/4)

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..Me empecé a encontrar fatal, medio desvanecido –se me habría bajado un poco la tensión– y tosí un par de veces, me dolían mucho la garganta y el pecho, también la parte del estómago y los riñones. Entonces Vicky entró en el salón y a pesar del bajonazo que me había dado intenté que no lo notara.

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..-¿Y qué, cómo está hoy? –me preguntó.
..-Bueno, tirando, tú sabes.
..-No, yo no sé.
..-Ooh, ya me entiendes.
..-Sí, sí. Por cierto, me he leído un libro suyo, ¿por qué escribe cosas tristes?, así es normal que se deprima.
..-¿Tú me sueles ver deprimido?
..-No sé, un poco, a veces.
..-¿Y qué es lo que te has leído?
..-La Maldición de las Cabrillas.
..-Jejé, no es tan triste.
..-Alegre no es.
..-Triste tampoco.
..-Ni tigre.
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..Nos miramos asombrados con los ojos muy abiertos y tras unos segundos me acerqué un poco más a ella.

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..-Quilla, Vicky, estoy asustado por lo que estoy empezando a sentir –le dije a pesar de que estaba demasiado destrozado para pensar y casi no sabía lo que decía ni hacía.
..-¿Por qué?
..-Porque… –le respondí acercándome– me gustas mucho –y la besé. Parecíamos dos pibes, dos adolescentes. Nos traíamos un pestiñeo que a nuestra edad no era normal, por lo menos a la mía, aunque quizás a la mía sí, dicen que cuando te haces viejo vas otra vez para atrás hasta volver a ser como un niño, en ese retroceso yo debía ir por la pubertad y estar ya cerca.
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..Tras unos segundos juntando nuestros labios nos separamos.
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..-No sé, Señor Juan Luis, no puedo…
..-¿Por qué?, ¿por Paco? Y llámame Juan Luis, o Juanlu.
..-No, Juan Luis, no es eso, pero es que… usted es un viejo y se está muriendo. Además, que esta noche he quedado para cenar con Manolo, el frutero de mi barrio, que está muy ilusionado conmigo, me ha regalado un ramo de flores, y esta esclava –me contestó señalándome una pulsera de plata de Tous de la que colgaban adornos con forma de sol, de luna, estrella, concha, etc…

..-Gracias por lo que me toca –dije yo tosiendo levemente un par de veces conteniéndome de hacerlo sin parar como tenía ganas e intentando que no se diera cuenta de lo mal que lo estaba pasando.
..-Jajá, no es eso, pero no sé, usted es un poquito sinvergüenza, y, además, que yo también tengo que pensar en mí, en mi futuro.
..-Bueno, yo sólo te digo que me gustas mucho y que aquí me tienes para lo que te haga falta, que cuando tú quieras aquí me tienes a tu disposición.
..-Vale, lo tendré en cuenta, de verdad.
..-Gracias, hija, piénsatelo, que me gustas mucho y quiero casarme contigo si hace falta, o quedar para ir al cine, jejé. Ahora me voy a echar un rato, que esta mañana me he levantado muy pronto para ir a lo de los análisis y estoy muy cansado.
..-Venga, váyase un ratillo a la cama y descanse –me dijo ella y me despidió dándome un besito en la mejilla y tocándome la sien.
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..Me fui a la cama y por suerte no tardé mucho en dormirme, al menos así no notaba el intenso malestar corporal y mental. Eso sí, en cuanto entré en el cuarto me harté de toser e incluso me desperté varias veces para hacerlo. Soñaba con ella, la conquistaba y la besaba pero al final siempre se iba corriendo.