EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 12 2/3)

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..Mientras iba para el salón Vicky me miraba como se mira al que cuenta el chiste de las gambas en la oreja. Me tumbé en el sofá y me quedé allí descansando medio pensando medio soñando. No me podía creer lo que me estaba pasando, lo que acababa de suceder, Vicky, Oh, Vicky, mi dulce y tierna Vicky, por fin mía, mía al fin, ¿mía? Habría que ver como se desarrollaban los acontecimientos pero, desde luego, si estaba en mi mano, esa oportunidad no la iba a desaprovechar. Estaba deseando cenar con ella, salir a pasear, ver películas por las noches, ir al cine, despertarnos juntos y, cómo no, hacer el amor. Aunque no sabía si daría la talla, no estaba muy convencido de que un viejo como yo pudiera dejar bien a una jaca como Vicky. Y dormir junto a ella, pegados, ¿la espantaría con mis ronquidos? Al día siguiente iría a comprarle algún regalito, ¿un vestido? No, yo no entiendo de ropa de mujer, eso no es lo mío. ¿Unos pendientes? ¿Una pulsera? Ya vería.
..No sé cuánto tiempo pasé así pero debió ser bastante porque cuando me di cuenta ya eran las 2 y media.

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..-Yo me voy ya –me dijo mi jaca–. Ahí en la cocina tiene el gazpacho, los boquerones y las papas aliñás.
..-Uhhhm, qué bueno, menos mal que el verano ya está aquí, aunque el tiempo está hecho una locura, lo mismo hace 40 grados por la mañana que por la tarde se pone a granizar.
..-¿Usted se escucha cuando habla?
..-Procuro no hacerlo –contesté.
..-Vale, pues eso, me voy.
..-Venga, pero déjame invitarte a cenar.
..-Hoy no tengo ganas, quiero descansar, estar en mi casa sola conmigo misma y reflexionar y pensar en todo. Mañana estaré más animadita y ya, si eso, hacemos algo.
..-De acuerdo.
..-Adiós –se despidió lanzándome un beso y se fue.
..-Adiós, guapa.

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..Fui a la cocina y comí vorazmente las delicias andaluzas que me había preparado mi nuevo amor. Tenía un hambre atroz y no tardé en acabarlo todo ni 5 minutos, y eso que serían unos 2 kilos de comida. Mientras lo devoraba escuché en la radio un concierto de una pieza para violonchelo de Sol Gabetta.

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..-Pum, catapúm, chin, pum, ¡como me gusta el veranoo! Pum, catapúm, chin, pum, pa levantarme temprano –fui cantando mientras iba al cuarto de baño. Ese día me había levantado yo cantarín. Lo malo es que cada vez que mi garganta emitía una nota –desafinada, por supuesto– me dolía terriblemente y empezaba a toser.

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..Me pegué una rápida ducha rehabilitante para espabilarme un poco porque me estaba empezando a entrar el bajonazo y tenía que irme al médico poco después.

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..-A mi burro, a mi burro,
...le duele la cabeza,
...el médico le manda
...jarabe de cerveza –entoné bajo el chorro que salía de la alcachofa.

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..Una vez duchado y vestido me puse frente al espejo y me eché un poco de crema antiarrugas en la cara y me peiné a la antigua usanza, con limón en el pelo. Aunque me fuera a morir pronto quería estar guapete hasta el último momento. Siempre he sido muy coqueto.

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..RIIIIIIING RIIIIIIING RIIIIIIING RIIIIIIING –sonó el teléfono y lo cogí. Era el jefe.

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..-Oye, acuérdate que pronto tenemos la cita para comer con todos los ejecutivos, ¿eh?
..-Sí, lo tengo apuntado en mi agenda.
..-Si tú no usas agenda, siempre presumes de ello.
..-Ya, pero quedaba bonito decirlo, de todos modos nunca me olvido una cita.
..-Ya, sé que siempre cumples, eres muy… Rummenigge.
..-Oh, gracias por el piropo, qué cosas más bonitas me dices. Por cierto, así me gusta, que llames tú personalmente para recordarme las citas.
..-¿Y de salud qué tal?
..-Pues tú sabes, el médico me dijo que me cuidara, que fuera a andar o a nadar, pero nadar es muy aburrido, estar una hora por la piscina viendo azulejos…
..-También puedes bucear, nadar diferentes estilos, dar volteretillas…
..-Ojú, tío, tú estás fatal.
..-Sí, no sé qué me pasa que cuando estaba marcando el número para hablar contigo me ha dado una voltereta el cerebro.
..-Pues no eres el único al que le debe pasar porque últimamente la gente me dice unas tonterías…
..-Sí, debes emitir unas hondas psíquicas virulentas de la leche.
..-Puede ser.
..-Bueno, te dejo que tengo los frijoles en el horno.
..-Hasta luego, manito.
..-Nos vemos, güey.

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..Colgué y después, como me quedaba aún un rato para salir hacia el ambulatorio, me acerqué a una de las estanterías del salón para coger un libro. Eché un vistazo por la repisa y terminé cogiendo “Cascabeleo en la mañana”, un libro mío. Empecé a leerlo y no me pareció muy bueno, había leído cosas peores pero no me sentía orgulloso de esa novela. «Menuda mierda de escritor soy. Yo no sé cómo hay gente que compra esto. Comprarlo todavía, pero leerlo y que te guste... La gente no tiene criterio», reflexioné. Aunque soy una persona con confianza en mí mismo, a veces me viene la Inseguridad, el miedo y pienso que escribo mal, que soy un chapuzas.

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..-¡Al carajo! –grité y tiré el libro contra el techo y me levanté del sofá y me fui.

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..Al salir de casa caí en que había olvidado las llaves, la cartera y todo y tiré la puerta y entré a cogerlo. Después la coloqué bien y me largué hacia la parada de autobús. Estaría más cómodo en un taxi, y aunque podía permitírmelo, los años que había pasado sin un duro hacían que prefiriera evitarlo.