Palabras como una patada
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Se encontraba frente al pelotón de fusilamiento, el bando nacional lo había capturado en un pueblo cercano a Valencia que seguía al mando del gobierno de La República; como era practicante no lo habían matado aún, tenían numerosos heridos y necesitaban personal que echara una mano a los del cuerpo médico. Mi abuelo era una persona seria y responsable, era una hombre recto y que se había hecho a sí mismo, por lo que se granjeó la simpatía de “sus superiores”. Pero ahora estaba delante de aquellos soldados con fusiles que los ejecutarían a una señal del Sargento Páez. Mi abuela, una joven vasca que se había traslado a San Fernando porque su padre iba a participar en la construcción del muelle de Rota, llevaba comida, regalos y le hacía compañía a los condenados a pena capital. No sé si sería porque al prometido de su hermana mayor, mi tía Paqui (que aún vive, tiene noventa y tres años y sigue de luto), lo habían fusilado los nacionales y sentía por eso una sensibilidad especial. O quizás esas fueran historias que se habían quedado en Euskadi. Lo que sí es seguro es que mi abuela estaba con lágrimas en los ojos cuando sólo le quedaban unos minutos de vida a ese señor tan amable que le decía «gracias, Aitana, que Dios te lo pague» cuando ella le daba unos cigarrillos, unas lonchas de morcilla o simplemente le hacía compañía y le daba conversación. Sí, se enfrentaba a su destino final, todo había acabado para él que nunca había tenido ideas políticas, todo por una estúpida e injusta guerra civil en la que precisamente los que más iban a perder eran ellos: los civiles, los civiles y los inocentes.
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...-Un paso al frente todos –ordenó el sargento y todos avanzaron.
...-Un paso al frente todos –ordenó el sargento y todos avanzaron.
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...Menos uno. Siempre vivió de la mar, había sido un hombre piadoso y, aunque aceptaba su destino con resignación cristiana, se resistía a dejar desvalidos a su mujer y a sus cuatro hijos; no podía abandonarlos a su suerte y sin alguien que les llevara el sustento, María era aún un bebe y Paquito y Manuela unos mocosos, ¿qué sería de ellos?
...Menos uno. Siempre vivió de la mar, había sido un hombre piadoso y, aunque aceptaba su destino con resignación cristiana, se resistía a dejar desvalidos a su mujer y a sus cuatro hijos; no podía abandonarlos a su suerte y sin alguien que les llevara el sustento, María era aún un bebe y Paquito y Manuela unos mocosos, ¿qué sería de ellos?
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...-Si no se adelanta como le he dicho además de morir sin dignidad, de un tiro a cara descubierta, nos vengaremos de toda su familia –le insistió el sargento para amedrentarlo. Él, tembloroso, dio un paso como los demás.
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...-Si no se adelanta como le he dicho además de morir sin dignidad, de un tiro a cara descubierta, nos vengaremos de toda su familia –le insistió el sargento para amedrentarlo. Él, tembloroso, dio un paso como los demás.
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...Los soldados se acercaron a ellos y les pusieron las capuchas para que los espectadores no contemplaran sus caras de horror al morir. Cuando llegaron al padre de familia este se resistió y jadeó pero le dieron un par de guantazos y se calmó.
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...-Disparen –dijo Páez y todos sus subordinados dispararon al primero de los condenados.
...-Disparen –dijo Páez y todos sus subordinados dispararon al primero de los condenados.
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...Al escuchar los disparos de los proyectiles, el grito de dolor de la víctima y los llantos de pena de algunos asistentes el pescador empezó a correr y a dar zancadas inmensas. Parecía poseído un espíritu, era como si hubiera reunido todas las fuerzas que usaría en la vida que ya no iba a vivir y las utilizara para huir. Casi logró salir del recinto militar, para evitarlo todos los soldados tuvieron que emplearse a fondo y que no saltara la valla. No se explicaban cómo alguien atado y cegado podía correr así y desplazarse con esa precisión. Lo que sí comprendió Regino, que así se llamaba mi abuelo, fue que ese acontecimiento le había salvado la vida. Por ese día se suspendieron las ejecuciones y las aplazaron hasta próxima orden.
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...Al escuchar los disparos de los proyectiles, el grito de dolor de la víctima y los llantos de pena de algunos asistentes el pescador empezó a correr y a dar zancadas inmensas. Parecía poseído un espíritu, era como si hubiera reunido todas las fuerzas que usaría en la vida que ya no iba a vivir y las utilizara para huir. Casi logró salir del recinto militar, para evitarlo todos los soldados tuvieron que emplearse a fondo y que no saltara la valla. No se explicaban cómo alguien atado y cegado podía correr así y desplazarse con esa precisión. Lo que sí comprendió Regino, que así se llamaba mi abuelo, fue que ese acontecimiento le había salvado la vida. Por ese día se suspendieron las ejecuciones y las aplazaron hasta próxima orden.
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...Unos días después llamaron a mi abuelo a presencia de un oficial. Él fue pensando que ya había llegado su final, a cada paso que daba el corazón se le agitaba y notaba las palpitaciones en la cabeza.
...Unos días después llamaron a mi abuelo a presencia de un oficial. Él fue pensando que ya había llegado su final, a cada paso que daba el corazón se le agitaba y notaba las palpitaciones en la cabeza.
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...-Regino, nos han dicho que eres un tipo serio y creyente, ¿es así?
...-Sí, es así.
...-Además eres enfermero y trabajas bien. ¿Sabes que Aitana, la hija de Don José, ha preguntado por ti? El caso es que si juras fidelidad al Régimen y accedes a casarte con ella y formar una familia cristiana como Dios manda te perdonaremos la vida y te daremos un trabajo en el Cuerpo Militar de Sanidad.
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...-Regino, nos han dicho que eres un tipo serio y creyente, ¿es así?
...-Sí, es así.
...-Además eres enfermero y trabajas bien. ¿Sabes que Aitana, la hija de Don José, ha preguntado por ti? El caso es que si juras fidelidad al Régimen y accedes a casarte con ella y formar una familia cristiana como Dios manda te perdonaremos la vida y te daremos un trabajo en el Cuerpo Militar de Sanidad.
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...No le quedaba otra opción. Aitana le parecía una buena mujer y el trabajo que le ofrecían no era malo. No le guardaba rencor al gobierno de Franco aunque sólo hubiera salvado el pellejo porque se iba a casar con la hija de un contratista en buenos tratos con el ejército.
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...Me contaron todo esto hace unos años en el entierro de mi abuelo. Mi padre soltó algo y no sé exactamente quién o quiénes, creo que fue entre la mayoría de los allí presentes que la conocían, nos contaron esta historia. Nos hallábamos en el tanatorio velando a Regino, y después en su funeral, más de veinte nietos, nueve hijos y hasta tres bisnietos. Cuando pienso que todos podíamos no haber nacido si no fuera por la misericordia de mi abuela y por la escapada del pescador veo lo absurda y caprichosa que puede ser la vida. También injusta si en vez de cara sale cruz. Lo que sigo sin entender todavía es como mi padre en ciertas charlas apela a la maldad del bando republicano diciendo que iban fusilando curas y que los nacionales defendían a la gente de bien. De verdad que no comprendo cómo se puede justificar algo así aunque tu historia personal concreta no fuera del todo desgraciada; cada vez que lo escucho opinar así siento palabras sólo por decir como una gran patada.
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....Me contaron todo esto hace unos años en el entierro de mi abuelo. Mi padre soltó algo y no sé exactamente quién o quiénes, creo que fue entre la mayoría de los allí presentes que la conocían, nos contaron esta historia. Nos hallábamos en el tanatorio velando a Regino, y después en su funeral, más de veinte nietos, nueve hijos y hasta tres bisnietos. Cuando pienso que todos podíamos no haber nacido si no fuera por la misericordia de mi abuela y por la escapada del pescador veo lo absurda y caprichosa que puede ser la vida. También injusta si en vez de cara sale cruz. Lo que sigo sin entender todavía es como mi padre en ciertas charlas apela a la maldad del bando republicano diciendo que iban fusilando curas y que los nacionales defendían a la gente de bien. De verdad que no comprendo cómo se puede justificar algo así aunque tu historia personal concreta no fuera del todo desgraciada; cada vez que lo escucho opinar así siento palabras sólo por decir como una gran patada.
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Etiquetas: Absurdrealismo, amor, Andalucía, Generación de la Primera Crisis Siglo XXI, guerra, juventud, literatura, Nueva narrativa gaditana, Realismo sucio, Recuerdos, Relato
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