MEDIODÍA EN EL BARRIO DEL PÓPULO
.
Era un barrio soleado.
Sólo sé que los días en que fui,
quizás por el momento,
la gente estaba alegre.
Veía calles estrechas y los niños
jubilosos. El sitio
a mediodía era luminoso.
Bares de artistas, gente
que ya había vivido
y tenían el rastro triste que da
la muerte.
En sitios así había
Perdido yo vida y salud
Y había aprendido que
Droga, dinero y sexo
Eran allí el pan de cada día.
Pero yo no iba mucho a los bares.
Solía quedarme en la calle hablando con Ángel,
un joven con melena que abrazaba
con fuerza a sus amigos.
Íbamos con punkis y con los hippies,
ya de día en la Plaza
del Mentidero borrachos gritamos:
libertad.
Eso era cuando tenía 19 años.
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Era un barrio soleado.
Sólo sé que los días en que fui,
quizás por el momento,
la gente estaba alegre.
Veía calles estrechas y los niños
jubilosos. El sitio
a mediodía era luminoso.
Bares de artistas, gente
que ya había vivido
y tenían el rastro triste que da
la muerte.
En sitios así había
Perdido yo vida y salud
Y había aprendido que
Droga, dinero y sexo
Eran allí el pan de cada día.
Pero yo no iba mucho a los bares.
Solía quedarme en la calle hablando con Ángel,
un joven con melena que abrazaba
con fuerza a sus amigos.
Íbamos con punkis y con los hippies,
ya de día en la Plaza
del Mentidero borrachos gritamos:
libertad.
Eso era cuando tenía 19 años.
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Etiquetas: cádiz, costumbrismo, Cuaderno de los Beatles, diálogo, Jaime Gil de Biedma, juventud, Lírica, Poesía, Poesía Narrativa
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