Sólo los puros de corazón
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Hablaban por el ordenador durante horas. De la vida, del amor, de la filosofía, el sexo, el rocanrol… Él estaba obsesionado con el arte y ella sobre tordo con la filosofía y el mundo de las ideas y las relaciones entre hombre y mujer. Un día Luci le contó que veía unos duendes. Rasty no sabía si hablaba en serio o no. No le asustaba la gente perturbada, le gustaba, lo que pasa es que nunca duraban mucho a su lado. Un día me los llevo y te los enseño, pero sólo pueden verlos los puros de corazón. De acuerdo, llévatelos el viernes. El día llegó y Luci llevó los duendes como había prometido. Estaban los cinco en la sala. Ray estaba sentado mirando tras sus gafas desde el taburete. Alberto manipulaba la mesa de mezclas y Hank estaba de pie frente al amplificador. Aquí están. Cuando ella entró nadie pareció ver nada, menos él, que le dijo: ya los veo. Entonces, se dieron la mano y desaparecieron andando hacia el sol.
Etiquetas: Absurdrealismo, amor, Andalucía, bohemia, diálogo, Existencialismo, Generación de la Primera Crisis Siglo XXI, juventud, literatura, Nueva narrativa gaditana, Realismo sucio, rocanrol, Rock
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