Piel negra dentro de unos vaqueros

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Había algo que nos separaba,
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siempre lo había, era así,
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no se podía explicar,
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sólo asumirlo,
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me lamentaba día y noche
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pero tenía que asumirlo,
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desde el día en que te encontré
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ceñida en esos pantalones
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y dominaste mi vida
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arrastro –y no me quejo
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unas alforjas como un burro
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en las que cargo rechazos,
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tus manías, caprichos y una esperanza,
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las alas más altas, el cielo,
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una duda y un perfume en el viento,
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tu piel, tu pelo, recuerdos que nunca se irán.
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Sí es verdad que casi logré
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retener tu maravilloso cuerpo de cacao
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en el balcón que miraba la vida
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y un día, cuando huiste –algo que ya sabía
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mi alma se mostró
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como los árboles agitándose
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y la lluvia en el cielo y los rayos
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y truenos
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reflejan la tormenta,
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o más bien como el paisaje ya desolado
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de árboles caídos
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muestra su consecuencias.
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Había algo que nos separaba,
.
siempre lo había, era así,
.
no se podía explicar,
.
sólo asumirlo,
.
me lamentaba día y noche
.
pero tendría que asumirlo.
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