LA HABITACIÓN PROHIBIDA
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Desde los cuatro años su padre le había dicho que no entrara en ese cuarto. Paco siempre le había hecho caso pero ya tenía once y no creía que allí hubiera nada que no pudiera ver. Mientras volvía de la escuela ese día, Paco no paró de pensar qué habría en aquella habitación misteriosa, pero no, no debía entrar, su padre se lo había dicho bien claro. Llegó a casa y padre parecía emocionado, había llegado el momento de enseñarle el cuarto que contenía todas las cosas de mamá, no se las había enseñado antes para evitarle la tristeza.
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Desde los cuatro años su padre le había dicho que no entrara en ese cuarto. Paco siempre le había hecho caso pero ya tenía once y no creía que allí hubiera nada que no pudiera ver. Mientras volvía de la escuela ese día, Paco no paró de pensar qué habría en aquella habitación misteriosa, pero no, no debía entrar, su padre se lo había dicho bien claro. Llegó a casa y padre parecía emocionado, había llegado el momento de enseñarle el cuarto que contenía todas las cosas de mamá, no se las había enseñado antes para evitarle la tristeza.
Etiquetas: amor, Generación de la Primera Crisis Siglo XXI, literatura, Nueva narrativa gaditana, Qué cosas más alegres escribo, Realismo sucio, Relato
1 comentarios:
felices todo fra:co!!!
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