UNA DE PIRATAS 1/2

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¡¡¡¡AL ABORDAAAAAJEEE!!!!, era el grito de guerra. «Bigotes, ve a la popa y destroza el timón, Jack, baja a las bodegas y empieza a subir el vino y las provisiones, todo lo que encuentres, ¡COJO, degolla a ese que se hace llamar comandante y tira a estos otros tres por la borda! ¡Rajad las velas!», decía el Capitán Tigre, «¡Yijiii!», gritaba subido en la borda y levantando su cimitarra al viento.
....La goleta Tiburón II surcaba los Mares del Sur, se dedicaban a la piratería frente a las costas Polinesias, Samoa, Tahití, Tonga, las Islas Cook... Los barcos franceses e ingleses eran sus objetivos favoritos. Pero, entre saqueo y saqueo y abordaje y abordaje, la tripulación tenía unos principios sólidos:
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....1- Todos deben obedecer al capitán
....2- Siempre hay que salir en defensa de los tuyos
....3- Las ganancias se reparten, al igual que las mujeres que se consigan
....4- El ron es la bebida oficial (si bien no se desprecian otras)
....5- Y último, y más importante, la puta del barco, que en ese momento es Lenny, un tipo ruso que a veces se traviste, debe dejarse hacer cuando cualquiera de los hombres de la tripulación lo requieran.
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....El capitán y varios de sus hombres beben el vino conseguido en uno de sus últimos golpes y comen salazones y panes y unas frutas confitadas. Derraman sus copas y cantan canciones de hombres con barbas que van en sus barcos, beben en tabernas y ríen y lloran, pelean y gritan y viven sin más. «Déjame un rato a la puta», dice el Bigotes a Marco, que está hablando con ella, y se meten en la bodega. Allí es donde suelen hacer esas cosas. Al rato el Bigotes sale abrochándose el pantalón y poco después, antes de que a Lenny le dé tiempo a salir, el Cojo entra con mirada pícara. Esa noche corre el licor y sus vozarrones y bromas y sus charlas e incluso algún llanto que alguien plañe por una novia que murió, una madre que no ve o un hermano en la milicia y, entretanto, la actividad de la puta que no cesa.
....Se acaba el jolgorio y ponen rumbo a las inmediaciones de Tonga, «allí encontraremos barcos holandeses bien cargados que podremos atacar», informa el capitán y agrega: «Bigotes, coge el timón y encárgate de que naveguemos en esa dirección toda la noche. Mañana te relevará el Turco». El Turco era un tipo horrible con una cicatriz, una especie de quemadura, en la cara y un ojo blanco, su calva relucía y lo miraba con una sonrisilla de maldad. El Bigotes había estado en esa situación otras veces y el Turco había tardado más de la cuenta en tomar su puesto y se estaba empezando a cansar.
....Esa noche, cuando todos dormían, el Capitán disfrutaba en su camarote de los servicios de Lenny.
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....-¿De verdad que me quieres y que con el botín que saquemos en este viaje nos retiraremos a una isla tranquila?
....-¡Que sí! –contestaba el capitán con palabras que sonaban más como un gruñido.
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....Lenny estaba vestido con un traje de lentejuelas y unos pechos postizos y la cara maquillada. Tenía un tipo bonito, delgado pero con carne. Era un travesti atractivo y había surgido el amor, aunque Lenny seguía siendo complaciente con todos los hombres del barco y el capitán no podía hacer nada. Tras navegar juntos y que el capitán perforara a Lenny con las balas de su cañón se quedaron tendidos en la cama.
La mañana siguiente el Turco no relevó a su hora al Bigotes. Esta vez no estaba dispuesto a tragar y se levantó desenvainando su espada.
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....-¡Eh, tú, desgraciado, ven acá! –dijo el Bigotes.

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Los piratas empezaron a correr por la cubierta del barco y se formó una algarabía tremenda, unos cuantos hombres se interpusieron entre ellos y el Cojo salió corriendo a llamar al capitán para que lo resolviera:
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....-¡¡¡Capitán Tigre, Capitán Tigre!!! –gritaba golpeando la puerta del camarote.
....-¡¿Qué pasa?! –se despertó él gruñendo. Se habían quedado dormidos sin darse cuenta y ahora estaban allí semidesnudos y juntos, algo que todos sabrían en unos instantes.
....-¡Capitán, salga, que hay una trifulca!
....-¿Qué vas a hacer? –le preguntó Lenny.
....-Habrá que dar la cara –dijo el Capitán Tigre, agarró al travestido y lo metió en un armario. Se vistió y salió. En la cubierta del barco ya había varios hombres enzarzados, algunos se golpeaban, otros reían y el Turco y el Bigotes luchaban con sus espadas.
....-¡Sácame de aquí, julandrona! –se oía dentro del armario.
El capitán se acercó, abrió la puerta y, agarrando por los pelos al cautivo, amenazó:
....-Como vuelvas a hablar te mato.
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....Cogió su cimitarra y salió del camarote.

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....-¡PARAD, PANDA DE MONOS! –bramó.
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....Se hizo el silencio. Todos lo miraban esperando que dijera cómo resolver el problema.
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....-Ja Ja chúpame un cojón, cómeme los huevos y chúpame el culo jajajajá y llévate las pelotillas –reía y desafiaba a lo lejos un hombre bastante mayor y que parecía borracho. Tenía los ojos idos y una barba gris de una semana que le daba un aspecto muy descuidado, algo por otro lado normal entre ese tipo de hombres.
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....El Capitán Tigre se abalanzó sobre él gruñendo y de un increíble salto llegó hasta donde estaba y le dio un sablazo que le cruzó el pecho y le partió el tronco en dos de manera oblicua. Mientras caía muerto y él se dirigía hacia el Turco y el Bigotes de su camarote salía Jack arrastrando por el brazo a Lenny.
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....-Mirad a quién tenía escondido la maricona esta –dijo mientras lanzaba al travestido contra el capitán.
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....Ante el descubrimiento todos parecían decepcionados, ya ni siquiera el Turco y el Bigotes peleaban, era como si la tripulación se estuviera conjurando para una causa común, como si se hubiera infringido una ley no escrita, derivada del punto 5, que venía a ser algo así como que un pirata podía follarse a la puta pero no podía ser un maricón y tener algo más con ella, algo que parecía haber ocurrido.