Gominolas con coca-cola (adelanto)

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A continuación os muestro un fragmento extraído de la novelita “Gominolas con coca-cola”.

…Me duché, cogí mi bajo y me fui en el tren hacia el ensayo con mi grupo. Llevábamos dos años tocando. Habíamos grabado un par de maquetas y por fin íbamos a decidirnos a empezar a dar conciertos.
.En el tren me encontré con el batería, Pol, y estuvimos hablando de una historia sobre un hombre borracho en silla de ruedas que caía al suelo bajo la lluvia y se quedaba mojándose en un charco diciéndole al amigo que le acompañaba que se fuera y le dejara allí.
.Tras hablar de Bukowsky y el realismo sucio le dije a mi amigo que era una putada tener más de 21 años, que yo no quería vivir muchos años más; hasta los 50 me parecía excesivo, y hasta los 60 o 70 una locura. Además, ya estaba resignado a fracasar en todo: la música, la literatura, los estudios y todo lo que se me pusiera por delante. Mis escritos no eran malos, pero tampoco eran gran cosa, y tenían una difusión nula; en la música, poco más que estilo y personalidad podía aportar; y de lo demás prefiero no hablar. El batería me decía:

.-Javi, no digas locuras, eso lo dices tú ahora, cuando seas más mayor ya verás como no piensas igual.
.-Cómo que no, tío, lo llevo pensando desde que tengo 13 o 14 años y aún pienso lo mismo. Ya me veo mayor, ya no estoy para comerme el mundo.
.-¡Pero qué dices, tío!
.-¡Qué sí! ¡Joder! Que yo no quiero sufrir, y ya estoy empezando, que no quiero tener artrosis, estar calvo y gordo atrapado en un rutina de mierda dentro de este boquete.
.-¡Coño, no digas tonterías! Esa es la vida, si la miras así, pero eso es una visión sesgada, hay cosas bonitas que te dejas.
.-Yo que sé, yo me entiendo.
.-Jajajajaja, vale, vale, vamos para el local que ya está aquí la parada.

.Bajamos del tren y fuimos hacia el local de ensayo. El camino era corto, unos 6 o 7 minutos andando como mucho, pero por el camino paramos en el MERCADONA para comprar un par de litros de Vino, Baileys, anacardos, gominolas, coca-cola y patatas fritas.
.Mientras andábamos por el supermercado, dos chavalillos dijeron: «mira que dos colgaos», y varias parejas de puretas nos miraron raro. Seguro que pensaron: “Qué pintas, esas melenas grasientas y esas ropas rotas… en mis tiempos había gente con estilo hippie, pero esto no”. Por no hablar de la carita se le quedó a la cajera cuando vio nuestra compra.
.Cargados con las bolsas y con el bajo, los efectos y los platos de la batería, llegamos al local. El dueño se pasó para cobrar y habló un poco con nosotros mientras montábamos las cosas. Luego se fue.
.Tocamos un par de canciones y fui a comprar hielo para el Baileys y el Vino. El guitarra solista (El Goli) me encargó que le comprara unas latas de cerveza.
.En el almacén de al lado no había hielo y compré algo de refresco de limón fresquito para mezclar con el vino, dos latas de cerveza y una litrona y 5 vasos.

.-¿No traes el hielo? –me dijo el vocalista y gurú de la banda cuando regresé.
.-Qué va, el de la tienda me ha dicho: «se me ha gastado la última bolsa, compañero».

.A medida que íbamos bebiendo el ensayo era más divertido, pero la interpretación se resentía…