Y esa noche

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Así, sin quererlo, pensé

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Fugazmente
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Dejarlo todo por ti,
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Las luces rojas en mi cabeza
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Y los pitidos en los oídos zumbaban
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Fuerte tu nombre, todo
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Parecía querer decirlo y
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Todo parecía como un precipicio,
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La luna estaba alta en el cielo
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Aunque cuando miraba me deslumbraba
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El sol,
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Todo pasó la mañana en que nos trajo Alberto,
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El Señor Rodway,
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¿mañana o la una de la mañana?
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No sé,
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Sólo sé
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Que cuando salí del local, El supersonic,
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Ví la lápida del chico muerto en la punta,
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Decía que murió para que no me pasara a mí lo mismo,
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Y tal vez fue demasiado tarde, yo ya había
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Recibido allí una paliza de muerte
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Y dado alguna no menos desdeñable,
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La vida y la muerte se juntan allí
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Con el placer
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Pero sobre todo
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Con…
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Ser el lugar donde una administración destructora
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Nos ha mandado a…
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Vivir.

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