EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 6 3/3)

.

.

.

.

.

.

.

.

.

..Covadonga siempre había sido una estudiante relativamente buena, pero ese año, con lo de su embarazo, poco había podido aprobar. Además engordó bastantes kilos que después no pudo perder, lo que no contribuyó precisamente a subir su autoestima y su estado anímico. Con su pareja no le iba demasiado bien, lo quería pero ya no confiaba en él y la llama de la pasión parecía haberse apagado. Estaba atrapada en una vida que no podía cambiar, sin trabajo, sin relacionarse con casi nadie, sin dinero, con una criatura en el mundo, por lo menos algo le alegraba la existencia. Se ocupaba de ella y ayudaba a sus padres, aunque la desidia le terminaba invadiendo, pero, a veces, había fogonazos de vida que le animaban a seguir adelante, algo que de todas maneras hubiera hecho. Primero le salieron unas prácticas de empresa por un convenio con la universidad. Más tarde empezó a vivir lo que parecía un resurgir de la pasión con su pareja, aunque eso siempre era igual y nunca parecía durar. Con la situación así…

.
..-Uff… lo voy a dejar ya, que estoy muy cansado y mañana tengo que ir a la comida con el jefe y quiero trabajar un poco antes.

.
..Fui al baño para lavarme los dientes y mientras lo hacía me senté en el váter y leí un poco de las poesías completas de Miguel Hernández como estaba haciendo últimamente. Cuando terminé, pasé al poema que tocaba, el que finaliza la colección “El hombre acecha”. Me gustó mucho y lo recité un par de veces en alto con voz cálida y templada:

.
.............CANCIÓN ÚLTIMA
.
PINTADA, no vacía:

pintada está mi casa

del color de las grandes

pasiones y desgracias.

.
Regresará del llanto

adonde fue llevada

con su desierta mesa

con su ruidosa cama.
.
Florecerán los besos

sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos

elevará la sábana

su inmensa enredadera

nocturna, perfumada.
.
El odio se amortigua

detrás de la ventana.
.

Será la garra suave.
.

Dejadme la esperanza.
.
.
..Tras hacerlo, me quité la ropa, me puse el pijama y me metí en la cama. Entonces cogí los libros que tenía sobre la mesilla y leí un poco. Primero un par de capítulos de “La isla inaudita” de Eduardo Mendoza en los que se contaba la historia de una antigua cortesana que entró en el negocio por mantener el palacio que había heredado. Luego abrí “La metamorfosis y otros relatos” y hojeé un trozo de un estudio preliminar de esos tan buenos que traen las ediciones de Cátedra. Está bien especular, y es cierto que las obras artísticas transmiten diferentes impresiones y cada uno las interpreta de una manera, y quizás eso también es parte de la grandeza de una gran obra, pero lo que no veo normal es que metan información inútil y posiblemente incierta en mi cabeza, que pongan, metiéndose en la mente del escritor y con una probabilidad de error demasiado grande y pienso que inadmisible en un análisis serio, que Odradek, el personaje central de uno de los relatos que contiene el libro, puede venir de Odraditi, que en lengua checa quiere decir desaconsejar, por lo que ese ser no humano parece significar el que desaconseja. O sea, tal vez, y ¿si no qué? ¿me meten a mí datos falsos e inútiles en el cerebro? que no ando sobrado de espacio.
..En medio de esas elucubraciones me quedé dormido.