LOS ROBAPERAS 1/2

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Llega a casa y se sirve una copa. Tere y la niña ya duermen. Pone la televisión. Nada. La misma porquería de todas las madrugadas, infocomerciales y esas cosas. Apura la copa y enciende un cigarro, va a la nevera, coge una cerveza y vuelve al sofá. Busca algún canal interesante y encuentra una absurda serie juvenil de los 90. Después de unos minutos viendo embarazos, infidelidades, líos con las drogas y perdidas de virginidad le da un buche a la lata y empieza a recordar. Está sentado con sus amigos en el banco de una plaza y aparece Katy, una chica rubia muy guapa y con un culo increíble. Trae un bóxer atigrado, un cachorro. «Una pareja de enganchaos me los ha dado para que les busque un dueño», les dice. «Uhmm, es guapo, yo me lo quedo», le contesta Rodri que estaba allí fumándose un porro junto a él. «Toma», le dice y le pasa el canuto y se pone a acariciar al perro y a jugar con él. Era una perra, la llamó Gina. La vieron crecer, cuánto jugó con ellos, y hasta con uno de sus hijos jugaron tiempo después, con Macho, que murió con menos de dos años meses después de tragarse un trozo grande de hachís. También se le murió uno de los cachorros de esa camada a su amigo Richi, el pobre, no estaba pasando su mejor momento y no fue su culpa, que se le dijo el veterinario, pero a él le afectó.

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...-Contra la almohada le doy la espachurra mete y después me voy a wachinton morfete… –cantó Richi una noche de borrachera en su casa. Qué bueno, hubo una época que se dejaba llevar y empezaba a soltar tonterías y ellos se reían, hasta que empezó a sentir que se burlaban de él, pero se reían de lo que decía, que tenía gracia. Aunque quizás alguna vez si fuera un poco de él.

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...Richi siempre fue un buen amigo, las cosas que le molestaron fueron porque no era consciente de sus actos por su mente enferma o por estar bajo el efecto del alcohol y/o las drogas. Sucumbió en un rápido descenso al Valle de la Penumbra. Por suerte cayó en blando y consiguió unos piolets para ir subiendo y algo remontó. Ay aquella noche que estaban con Skopje y Pablo en la playa y le preguntó a una chavala si iba con ellos a una discoteca de por allí. Ella le contestó que si la invitaba a un Baileys y él, que no tenía un duro, respondió: «Yo te invito a un Baileys cuando trabaje en la NASA» y ella se rió y dijo dos tonterías y le preguntó por qué. Él, viendo que la chavala era un poco aprovechada, estaba bastante loca y que tenía dos dientes negros y le faltaba otro, le contestó que para experimentar cómo reaccionaban las mentes enfermas con el Baileys, lo que se rieron. Jajá, y la canción que cantó después, que decía:

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...-Me chupas la almorrana y yo te doy un hijo si quieres, pero no me venga a llamar pa pedirme dinero porque me lo cargo tó, EL TRANSITOR…
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...Qué días aquellos en los que no tenían preocupaciones, sólo agenciarse un par de euros y arreglarse para ver si ligaban. Por lo menos a él lo seguía viendo, no como a Pablo, que desde que se juntó con Mari Luz, su novia, había desaparecido del mapa. En algún pueblo de la mancha sabía que estaban. Y a Skopje sí que no lo veía, que estaba en presidio por pegarle a unos policías.
...Tiempos mágicos, tiempos mágicos, así eran esos que pasaron yendo todas las tardes y algunas noches y muchas mañanas a la escalera del barrio de Chiqui. Chiqui, qué mujer, aunque apenas tenía 15 años, menudos 15 años, tenía un busto que lo querría para ella cualquier fémina. No era lista pero era muy simpática. Su casa estaba encima de las escaleritas donde parábamos y la usábamos en muchas ocasiones como centro de reunión, el primero que llegaba llamaba y subía o ella bajaba. También iban por allí varias primas y amigas suyas, entre las primeras estaban Maru, Katy y Vero y de las segundas la que más iba era Paulova. Una vez en casa de otra prima de Chiqui, Richi se enrolló con ella en una litera con los demás en el cuarto y después la cosa se calentó y se fueron a otro. Pero cuando Paulova intentó tirárselo se acojonó y se largó corriendo porque era un poco cagueta y porque la chavala no era precisamente atractiva. Es curioso que todos acabaran liándose con ella, incluso algunos más de una vez, y que finalmente ella se declarara lesbiana y se echara una novia pureta de un pueblo cercano. No les extrañó porque siempre les había metido cuello a Maru y a Vero y porque cuando la intentaban penetrar el pene rebotaba y volvía al calzoncillo.
...Le gustaron esos años, lo menos agradable eran los cacheos que la policía empezó a hacer en su grupo cuando comenzaron a tontear con las drogas y la zona se llenó de gente chunga. Y eso algunas veces resultaba hasta divertido, como el día que había un travesti. Se trasladaron a un portal en el que estaba una oficina del servicio regional de empleo que sólo abría por las mañanas. Eso fue cuando dejaron de salir con Chiqui y sus primas, lo cual les dio mucha pena, habían sido muy felices con ellas y ya nada sería igual, tan divertido, tan loco pero tan sano y tan inocente, tan dulce.