EL CAMINO DE LA VIDA (CAPÍTULO 3 1/2)

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..-Ya me voy, Señor Juan Luis –me dijo Vicky desde la puerta entreabierta de mi cuarto.
..-¿Y eso? ¿Qué hora es? –le respondí aturdido y deslumbrado por la escasa claridad que entraba en la habitación.
..-Las dos y cuarto.
..-¿Y por qué no me has avisado, guapa?
..-Sí le he avisado, cuando llegué entré a verle pero me dijo que le llamara cuando hubiera terminado. Y mira que a mí no me gusta que se quede hasta tan tarde en la cama.
..-¿Sí… pues ya ni me acuerdo, estaría dormido como un tronco.
..-Claro, con los lingotazos que se pegaría ayer, normal. Que he visto la botella de whisky que había en la mesa. Y además se fumó unos cuantos cigarros, que los he visto en el cenicero.
..-Bueno, sí, jejé, cómo me controlas.
..-Jajá, normal, es que tengo que limpiar la casa y cuando uno limpia se descubren muchas cosas.
..-Jejé, claro.
..-Tiene que cuidarse más, ¿eh? A su edad no es saludable beber y fumar.
..-Ya, ya, tienes razón…
..-Pues eso, que me voy. Hasta mañana
..-¿No te quedas a comer conmigo?
..-No, que va, hoy no puedo, tengo muchas cosas que hacer.
..-Valee, pues nada un besito, cielo, mañana nos vemos.
..-Hasta mañana, sinvergonzón, un besito –dijo yéndose mi querida asistenta.
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..Con dolor de cabeza y gran dificultad para abrir los ojos debido a las numerosas legañas que habían sellado mis párpados durante las horas de sueño, me incorporé lentamente y me apoyé sobre la cabecera de mi cama. Así permanecí un segundos. Encendí la luz y, todavía con los ojos entornados, salí del cuarto y fui a echarme un poco de agua en la cara. Al verme en el espejo pensé: «menudo viejo estás hecho, ya no aguantas ni dos cubatas, y encima al día siguiente tienes este lamentable aspecto». Ayyy…. vaya estragos causan los años, mi pelo fuerte y mi rostro joven no son ya más que unos finísimos cabellos blancos y grises y una cara arrugada arrugada como una ciruela pasa.
..Entré en la cocina para ver qué me había preparado Vicky y, al levantar la tapa de la sartén, me llevé una agradable sorpresa: ¡me había cocinado las sopas de ajo que tanto me gustan!

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..-ÑAM, ÑAM –me las comí con voracidad, cogí una naranja y me fui para el ordenador.

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..Mientras mi computadora se encendía me comí la fruta y fui a lavarme las manos, que me habían quedado muy pringosas.
..Cuando volví pinché en procesador de textos pero el ordenador seguía cargando y tardó mucho en abrirse. Aproveché para luchar con la lengua y las uñas contra un hilillo que tenía entre las muelas y que finalmente logré quitar. Tras la batalla maxilar empecé con mis anotaciones en el diario.

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..Pufff… estoy hecho polvo, me duele bastante la cabeza y tengo nauseas, no me creo lo que me está pasando, suponía que algún día lo iba a vivir, pero no termino de creerlo. Sólo me bebí un par de copitas y hoy ni siquiera me he podido despertar cuando ha llegado Vicky. Bueno, hay que asumirlo, las cosas cambian, pero lo que nunca cambiarán son las ganas de comerme la vida y mi atadura a la escritura, la maldita atadura a la escritura… la jodida pluma.
..Ahora creo que voy a salir un ratillo a que me dé el aire, que llevo un par de días aquí encerrado y eso no es bueno, que el sol aporta mucha vitamina D. En este momento no tengo ganas de ponerme con la novela, esta noche le daré un rato. A estas alturas no lo hubiera pensado, pero estoy bastante ilusionado con ella, creía que iba a ser un puro trámite y al final voy a disfrutar tanto como con cualquier otra. Incluso más. Esta va a ser mi obra maestra y además me voy a divertir mucho, jejé. Si el arte se hace desde la convicción y desde el disfrute el resultado siempre es mejor, aunque no tiene por qué y pueden salir grandes obras sin ninguno de esos requisitos. Lo que me no convence del todo es que a veces se desprende de mi obra un terrible pesimismo. Pero eso ya no va a cambiar. De todos modos siempre he pensado que lo importante es transmitir, agitar… y creo que eso lo he conseguido. Aunque sea con mi literatura costrosa. Bueno, por lo menos lo he pasado bien haciéndola, no sé por qué pero me recreo en lo que me recreo y disfruto con ello, lo cual creo que ayuda a hacer algo digno. Eso sí, también tengo constancia de que se puede hacer una gran obra desde el sufrimiento y la incomodidad de realizarla. Según he escuchado Paco de Lucía es un ejemplo de ello y su estilo violento a la hora de tocar es fruto de la rabia que le provocaba tener que practicar obligado por su padre.
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..Y tras estos breves apuntes dejé las reflexiones, pensamientos y narraciones sobre mi vida cotidiana. Me levanté cantando “La chica de Ipanema”, fui al baño y vacié mi vejiga todo lo que pude para poder aguantar un buen rato en la calle. Cogí el chaquetón y me largué de la casa que últimamente me albergaba 24 horas al día, ¡con lo callejero que yo había sido!
..Ya abajo en el portal, el portero me saludó sin dejar de mirar de reojo la pequeña televisión que tenía junto a él.

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..-Hasta luego, Julio –me despedí. Es curioso cuantas veces se cruzan una despedida y un saludo, un hola y un adiós, la vida y la muerte.
..En cuanto pisé la cera unos niños casi me arrollan corriendo y un balón pasó con fuerza a unos centímetros de mi cabeza.
..-¡Eeeeehh! –se escuchó un abucheo general entre el chiquillerío.
..-¡Eh, viejo, cuidado! –gritó uno de ellos con pecas y cara de gamberro.
..-¡Malditos críos! –bramé malhumorado agitando la cabeza.

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..Después del encontronazo seguí andando hacia el centro. Un par de calles más adelante ya estaba muy cansado y decidí meterme en un local que se anunciaba como lounge en el cartel que había en la entrada. Dentro del bar la clientela era joven y variopinta. Todos llevaban unas pintas muy sofisticadas a la última con la MTV. Me acerqué a la barra y pedí una cerveza.

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..-Ponme una birra –le dije al camarero en un intento infructuoso de hacerme el enrollao y sintonizar un poco con los chavales.

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..La verdad es que siempre me ha importado una mierda seguir a la mayoría y ser un borrego del montón, aunque no sé por qué esa vez, supongo que es algo inherente a la naturaleza humana, intenté integrarme con esa gente entre la que me encontraba tan fuera de sitio. Así sería más agradable.
..Pero entonces, un tipo medio punki, así al estilo nuevaolero que tanto se llevaba en los 80, me dijo con voz pasota alargando las vocales:
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..-Oiga, abuelo, siéntese aquí.

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..Pero, aunque ya se había levantado del taburete, lo rechacé, cogí mi cerveza y me acerqué a un sofá que había al fondo apoyado en la pared y me tiré allí junto a otros jóvenes. Así me sentía como el miserable que había sido en mis años mozos.

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........CONTINUARÁ